No sé muy bien cómo comenzar esta entrada sin escupir demasiado veneno por mis milenarios colmillos. Es vox populi la aversión que sienten la mayoría de las chicas hacia las ex-novias de sus parejas. En algunas ocasiones, esa aversión está justificada, y en otras, no. En el caso que os presento, juzgad vosotros:
Veréis, cuando mi chico y yo nos conocimos, él estaba con otra persona, con la que mantuvo una relación de 7 años. Éramos todos amigos de la panda, y ella nunca tuvo problemas con que yo fuera la mejor amiga de su novio durante todos esos años. Total, ellos lo dejan, pasa el tiempo, la vida da vueltas, y él y yo acabamos juntos. Esa chica fue la primera en saberlo; de hecho, quedamos para cenar con ella y su nuevo novio varias veces, todo muy civilizado.
Total, esta chica nos invita a su boda, el verano pasado. Yo encantada, claro, de que una amiga mía se case. Si bien todos mis amigos (familia incluída) me dijeron que estaba loca por ir a la boda de la ex de mi novio, yo bromeaba diciendo "así me aseguro de que firma el papel". Qué podría pasar, pensé yo... ¿quizá que cualquiera de los invitados le soltara a mi chico algún comentario del estilo "mira lo que te has perdido"? Tonterías.
Transcurre la misa, el sacerdote declara marido y mujer, y hala, todos para fuera a esperar la salida de los novios. Salen, y llega el momento del "besamanos". La novia se acerca a nosotros, le doy 2 besos con la consiguiente felicitación, y cuando mi chico hace igual, va la muy víbora y le suelta: "PODRIAS HABER SIDO TÚ...", al más puro estilo "ña ña ñaaa ñaaaaa"... ¡¡¡Será raposa, la muy...!!! Evidentemente, mantuve la compostura y esbocé la mejor de mis sonrisas a lo largo de toda la noche. Ella nunca supo que aún sigo cagándome (con perdón) en todos sus muertos. Qué queréis que os diga, me esperaba el comentario de cualquiera de las ex de mi chico (algunas son para darles de comer aparte) o de cualquiera de los invitados a aquella boda, incluso del novio... Mi sorpresa vino de oir el comentario de labios de la única persona en la que confiaba que no diría nada tan inapropiado.
Mi novio comprendió mi enojo, al menos durante unas horas. Luego empezó a decirme que exageraba, que ella no lo había hecho a mal. Serían los nervios de la boda, dijo. Pasadas unas semanas, ella le llamó y le dijo que ese comentario lo había hecho adrede para fastidiarme. Una pequeña venganza por no haber pasado a recoger a una amiga suya de camino a la iglesia. Mi chico se disculpó conmigo por haberle dado un voto de confianza a ella en detrimento mío, pero en lo que a mi ex-amiga respecta... aún sigo esperando su llamada.
Nada más me queda añadir en esta historia, sino que ahora es vuestro turno para juzgar si en mi caso la aversión está justificada o no. Yo también soy ex, y, sin embargo, jamás le he ido a poner el dedo en el ojo a ninguna de las nuevas relaciones de mis ex. Pero, por lo que se ve, no todas son tan encantadoras como una servidora. Y cuando la "ex-novia raposa" hace su aparición, parece que vosotros, chicos, siempre tendéis a defenderla a ella en detrimento de vuestra pareja. En mi caso, porque ella confesó, que si no...
Dedicado a mi ex-amiga de Santander. Sin acritud.
