martes, octubre 10, 2006 |
Durmiendo con mi enemigo |
¡Buenas tardes, queridos amigos y amigas! Hoy quiero hablaros de otro problema que sufrimos cada noche muchas mujeres (y, admitámoslo, algunos hombres, aunque en menor número): el insomnio, concretamente aquel que viene provocado por los ronquidos de nuestro compañero de cama. Ya sé, ya sé, no es algo que vosotros, chicos, hagáis a propósito, y tampoco pretendo que me busquéis una solución (cálmeseme la parroquia que ya se me ha alterado), pero tenéis que haceros cargo que el deseo de dormir de una persona no es un capricho, sino una necesidad. Como casi siempre, os voy a hablar en primera persona, contándoos mi caso particular: Mi novio ronca. No es que ronque suavemente, sino que el volumen de sus sonidos guturales hace que la 5ª Sinfonía de Beethoven parezca una canción de cuna. Si yo consigo dormirme antes que él, sus ronquidos no me afectan lo más mínimo, pero como él se duerma antes, a los 5 minutos empieza a roncar y yo no puedo pegar ojo, por muy cansada que esté. Normalmente, cuando empieza su repertorio, suelo reaccionar de la siguiente manera: - Primero opto por susurrarle suavemente que por favor deje de roncar, a lo cual él responde positivamente. Durante un tiempo, deja de roncar.
- Pasados unos 5 minutos, comienzan de nuevo los ronquidos, en un volumen superior al anterior. Yo opto entonces por darle unos pequeños golpecitos en el hombro, repitiéndole mi requerimiento, también en tono suave, para que deje de roncar. De nuevo, respuesta positiva.
- De nuevo 5 minutos después, vuelta a los ronquidos, volumen aún mayor que los anteriores. En esta ocasión, los golpes son en la cintura (o en los riñones, según me dé), y el tono de mi voz empieza a dejar de ser suave. Una vez más, respuesta positiva de parte de él.
- 5 minutos después… ¿lo adivináis? Más ronquidos, mayor volumen. Mis ojos empiezan a estar ya inyectados en sangre. Le pego un grito, y si tengo un vaso de agua a mano, le salpico en la cara para que se dé cuenta de una vez por todas que no me deja dormir. Respuesta positiva por su parte, una vez más.
- 5 minutos más, de nuevo más ronquidos: enciendo la luz y le propongo una conversación de pareja en la que hay que sentar las bases para que la relación funcione. De vez en cuando, obtengo una respuesta por parte de él del estilo "no entiendo por qué te pones así". En esos momentos, empiezo a plantearme cuál será la pena por estrangular con mis propias manos a un indeseable.
Algunos diréis que mi reacción es exagerada, pero haceos cargo: noche tras noche igual. Mi única opción es dormirme antes que él, lo cual a veces consigo sin necesidad de llegar, por tanto, a la conversación de pareja. Conozco casos en los que ella manda a su marido a dormir a otra habitación. También recuerdo una vez que yo estaba estudiando para los exámenes finales, y bajé a la cocina a hacerme un café, eran las 3 de la mañana. A los 5 minutos llegó mi madre con los ojos inyectados en sangre y la cara desencajada. Empezó a despotricar contra los ronquidos de mi padre, y lo único que fui capaz de entender a partir de ahí fueron las palabras “falta de consideración”, “desvergüenza” y “divorcio”. Sinceramente, creo que no exagero. En cualquier caso, quiero mucho a mi chico. Que no todo son quejas. |
posted by Anónimo @ martes, octubre 10, 2006 |
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