Hola, hola, hola, queridos amig@s. Después de este larguísimo parón, las Chicas Guerreras vuelven. No tenemos una buena excusa para justificar nuestra ausencia, así no vamos a daros una mala tampoco. Aquí estamos, y eso es lo que importa.
Hace unos días fue San Valentín. Algunos le llaman “el día de El Corte Inglés”, y otros se lo toman muy en serio: regalos, felicitaciones y cosas así. No voy a hablar de ello aquí, sólo quería hacer una pequeña mención para que los que nos leen sean conscientes de que también las Guerreras tenemos nuestro corazoncito. Sin embargo, con esto del amor me ha dado por sumirme en una reflexión: ¿es eterno el amor? O dicho de otra manera: cuando una historia de amor se acaba, ¿es posible seguir amando a esa persona para siempre a pesar de que ya no esté con nosotros, o por el contrario las personas pueden rehacer su vida sentimental? ¿Cuál es la conveniencia de olvidarse de quien ya no está? ¿Por qué y cuándo tenemos que olvidarnos de aquel que ya no nos quiere?
Veréis, no quisiera sentar cátedra respecto a esto, puesto que cada persona es un mundo, pero en mi modesta opinión, y dicho cruda y metafóricamente, opino que hay que enterrar a los muertos, porque acaban oliendo mal. Cuando una relación se acaba, pues se ha acabado. Es lógico echar de menos a alguien del cual hemos estado enamorados, pero opino que el hecho de no querer olvidarnos de alguien nos impide volver a amar. Quizá algunos penséis al leer esto que soy una persona frívola o que nunca me he visto en la situación de tener que olvidar a alguien de quien estaba enamorada, pero ahí os equivocáis de cabo a rabo. He estado enamorada de alguien a quien consideraba mi media naranja, y cuando las circunstancias me obligaron a seguir la vida sin él, tardé mucho tiempo en comprender que mientras siguiera pensando que él era el hombre de mi vida, jamás podría tener una nueva oportunidad, y lo que es peor, jamás podría darle la oportunidad a otro para que me amase. La felicidad de dos personas truncada porque una de ellas se niega a pasar página. Alguien me dijo hace tiempo a propósito de esto que si una persona rompe contigo, no es tu media naranja.
Quería dedicarle esta entrada a un amigo anónimo que me ha inspirado para escribiros hoy. Él tiene una ex, y aunque dice haber superado la ruptura, de vez en cuando experimenta cambios de humor, generalmente para peor, cuando tiene noticias de ella. A este amigo le diré: ¿qué importa si tu ex está con otro? ¿Qué importa si ese otro apareció poco después de vuestra ruptura? Ella está en su perfecto derecho de volver a ser feliz, puesto que lo vuestro se acabó. Y lo que es más importante: tú también tienes derecho a serlo. Tienes que rehacer tu vida: solo o con otra persona, pero siempre feliz. Quizá pienses que nunca encontrarás a alguien tan especial como supongo lo era ella, pero nunca lo sabrás si no lo intentas. Tienes un corazón demasiado grande como para no compartirlo y, perdona la dureza de mis palabras, pero no creo que tengas derecho a negarle la felicidad a otra chica especial con la que podrías ser feliz.
